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22 personas comienzan un proceso de aprendizaje para establecer su propia biofabrica de abonos orgánicos en el municipio de la Florida, Nariño, Colombia.

Durante el mes de septiembre, un grupo de 22 participantes pertenecientes a las comunidades de las tres veredas del municipio de la Florida, Nariño Colombia, se introdujeron en un proceso de aprendizaje para establecer su propia biofabrica de abonos orgánicos. A través de jornadas prácticas y teóricas, adquirieron los conocimientos necesarios para elaborar fertilizantes líquidos de manera eficiente y sostenible.

Esta iniciativa permitirá a los y las agricultoras locales conocer de forma cercana y práctica una alternativa para reducir sus costos de producción y para mejorar la calidad de sus cultivos y proteger el medio ambiente. Además, brindará abonos necesarios para la implementación de huertas caseras en 20 familias, propiciando una autonomía necesaria para producir sus propios insumos agrícolas.

¿Por qué es importante crear una biofabrica de abonos orgánicos para la comunidad?

Establecer una biofábrica de abonos orgánicos representa un avance significativo porque promueve la autonomía de las comunidades al permitirles producir sus propios fertilizantes, reduciendo la dependencia de productos químicos costosos o difíciles de acceder. Esto es especialmente importante en áreas rurales, donde los insumos agrícolas suelen ser limitados. Al crear sus propios abonos, las comunidades logran un mayor control sobre sus procesos productivos, lo que refuerza su soberanía alimentaria y contribuye a una economía local más sostenible.

Además, el uso de abonos orgánicos en lugar de fertilizantes químicos tiene un impacto positivo en la salud del suelo y el medio ambiente. Los fertilizantes convencionales, a largo plazo, degradan la calidad de los suelos y contaminan los recursos hídricos. En cambio, los abonos orgánicos mejoran la fertilidad de la tierra de manera natural, lo que favorece cultivos más saludables y sostenibles. Esta transición promueve una agricultura regenerativa y respetuosa con los ecosistemas locales.

La biofábrica, además, fomenta la colaboración y el intercambio de conocimientos entre los participantes, creando un espacio comunitario donde las personas comparten experiencias y fortalecen sus capacidades. Esto refuerza los lazos comunitarios y crea una red de apoyo mutuo en torno a la producción sostenible, generando un impacto social positivo a largo plazo.

stas actividades forman parte de la ejecución del proyecto  “Alimentos sanos y agua para la vida: capacidades para la gestión agroecológica de alimentos y el manejo comunitario del agua en el departamento de Nariño, Colombia” impulsado por la Asociación Solidaria Andaluza de Desarrollo ASAD y la Asociación Agropecuaria Nuevas Raíces AGROECONUR, con la financiación de la Diputación de Granada y el Ayuntamiento de Granada.