El proyecto “Mejorar la autonomía personal y económica de las mujeres sobrevivientes frente al impacto socioeconómico causado por el COVID-19, a través del fortalecimiento de los CAIMUS de Chimaltenango y Baja Verapaz (Rabinal)” financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID) continúa avanzando en Guatemala de la mano de nuestras dos contrapartes locales, la Asociación Generando Equidad, Liderazgo y Oportunidades (ASOGEN) y el Grupo Guatemalteco de Mujeres (GGM).

Durante la primera semana de marzo desarrollamos la evaluación intermedia de carácter interno del proyecto. En la actividad participaron quince personas entre ellas: representantes de ASAD; de las organizaciones contrapartes; representantes de titulares de derechos de los departamentos de ejecución del proyecto, Baja Verapaz y Chimaltenango (mujeres sobrevivientes de violencia participantes en el proyecto). Fue una actividad desarrollada a través de una metodología participativa con técnicas de educación popular y facilitada por la Representante de ASAD para Guatemala.

En conjunto con todas las participantes se evaluó la ejecución del proyecto en su primer año. Específicamente se valoraron aspectos clave como:  apropiación del mismo por parte de titulares de derechos, responsabilidades y obligaciones participantes; el impacto; la participación; la pertinencia étnica y cultural; coordinación y complementariedad; gestión orientada a resultados; alineamiento, así como la integración de prioridades horizontales tales como: equidad de género, protección del medioambiente y su gestión sostenible; respeto de la diversidad cultural.

Según la valoración y las aportaciones de las participantes, la ejecución del proyecto durante su primer año de andadura es positiva y se ha adaptado a lo planificado,  estableciendo las adaptaciones necesarias al contexto de COVID-19 y destacando específicamente el buen funcionamiento del Comité de Monitoreo y Seguimiento así como la creación e implementación del plan de contingencia para garantizar la ejecución en el marco de restricciones del COVID, permitiendo dar respuestas articuladas y aplicar las medidas necesarias para garantizar tanto la ejecución como la buena marcha de la intervención con una gestión orientada a resultados.

Se destacó de manera específica la apropiación hacia el proyecto por parte de las contrapartes que se ha visibilizado específicamente en aspectos como: (1) integración de las Unidades de Orientación de Ámbito Socioeconómico creadas en el marco del proyecto en la atención integral que brindan los dos CAIMUS participantes, en el itinerario de atención establecido al interior de los mismos así como en documentos estratégicos de las contrapartes y en el catálogo de servicios de los dos centros; (2) alta implicación de las contrapartes en el Comité de Monitoreo y Seguimiento del Proyecto, con una participación activa, permanente y propositiva en el mismo, considerando este como una buena práctica a implementar en otros proyectos que tienen en curso; (3) altos esfuerzos para incrementar el impacto de las actividades, buscando siempre cómo superar incluso los valores formulados en los indicadores y estableciendo estrategias conjuntas entre ambos territorios; (4) visibilización de los resultados del proyecto y difusión de los mismos.

La población beneficiaria directa, específicamente las mujeres sobrevivientes participantes en el proyecto y en sus diferentes actividades y actuaciones, están mostrando su apropiación constantemente, siendo algunas muestras claras de ello: la participación activa y continua en las actividades y procesos de fortalecimiento de capacidades que realiza el proyecto; (2) actitud propositiva en las actividades para fortalecer los procesos en los que participan; (3) apropiación de los conocimientos adquiridos, mostrando durante las actividades la aplicación que hacen de los mismos en su vida cotidiana, visibilizando los efectos que el acompañamiento y la orientación brindada en el marco del proyecto tiene en sus vidas; (4) creación de grupos, alianzas y redes entre las mujeres participantes: observamos que en los dos territorios se mantienen en comunicación constante entre ellas; (5) en los instrumentos que valoran la satisfacción de las mujeres sobrevivientes con las actividades y orientación en el ámbito socioeconómico brindada en el marco del proyecto, muestran un grado alto de consideración positiva y describen con precisión los elementos que han contribuido a que el proyecto sea accesible para ellas tales como la utilización de sus idiomas durante las mismas; (6) un porcentaje muy alto de las participantes en los dos territorios han preguntado y preguntan al personal local del proyecto sobre si existirá una segunda fase del mismo

Los titulares de obligaciones y responsabilidades han ido mostrando su apropiación hacia el proyecto de la siguiente manera: (1) participación en las actividades públicas del proyecto y respuesta a invitaciones y reuniones: varias autoridades e instituciones en los planos municipales y departamentales quieren estar presentes y “ser parte de”, algunas de las más destacadas han asistido a la presentación pública de las Unidades creadas con el proyecto y han visitados los CAIMUS posteriormente para conocer el trabajo que se realiza; (2) disponibilidad para establecer alianzas y acuerdos; (3) las organizaciones de la sociedad civil trabajando en violencia de género y empoderamiento con relevancia en los territorios de intervención están estableciendo acuerdos con las Unidades para que las mujeres sobrevivientes atendidas accedan a cooperativas o procesos productivos que tienen en curso; (4) durante los intercambios de experiencias con emprendedoras a nivel intradepartamental con emprendedoras exitosas, la participación de las mismas fue muy alta. 

Con respecto la pertinencia cultural del proyecto y respeto de la diversidad cultural, es importante mencionar que en el proyecto participa un porcentaje muy importante de mujeres sobrevivientes indígenas que han destacado específicamente durante la evaluación: (1) respeto y promoción de su cosmovisión y cultura durante las actividades; (2) actividades en su lengua materna y/o traducción de las mismas para hacer accesibles los contenidos; (3) promoción por parte del proyecto iniciativas económicas que parten desde ellas mismas con productos propios de sus comunidades.

Algunos de los aportes realizados por las titulares de derechos durante la actividad de evaluación fueron los siguientes:

“Con la participación en el proyecto siento que me he convertido en una mujer más lideresa de mi entorno y de mi vida. Estar en los diferentes procesos del proyecto me ha ayudado mucho pues antes yo no tenía conocimientos sobre mis derechos económicos y tenerlos ahora me ha ayudado a aumentar mi autoestima con el apoyo del CAIMUS y de este proyecto”

“Antes yo creía que era independiente económicamente pero participando en los talleres de educación financiera que se están dando con el proyecto, me di cuenta de que yo no controlaba mi economía y que gastaba más de lo que ganaba. Ahora, gracias al proyecto estoy reactivando mi emprendimiento y estoy tomando las riendas de la contabilidad conociendo los recursos necesarios, reduciendo gastos innecesarios y llevando al día mis finanzas. Me siento, esto ha afectado a  toda mi vida porque me siento muy fuerte y también que tengo el control de mis recursos”.

“Yo trabajaba en una maquila 12h al día, me trataban muy mal sin descanso para poder almorzar y nunca veía a mis hijos. Empecé a estar mal emocional y físicamente y tuve que dejar ese trabajo porque ya no podía más. El CAIMUS siempre me apoyó y sobre todo con este nuevo proyecto me han ayudado a tener autoestima y volver a ser fuerte. Ahora estoy desarrollando mi emprendimiento junto con mi hija que también está participando. Estamos poniendo en práctica todo lo aprendido se hacer un balance, un cierre de caja, comienzo a tener ganancias, esto está cambiando nuestras vidas y estoy apoyando a otras mujeres del grupo enseñándoles a hacer mi producto para que ellas puedan producirlo en otras comunidades o municipios.”

Es cierto que no todas las mujeres que participamos tenemos las mismas posibilidades, algunas no pueden leer y escribir por eso nos apoyamos unas a otras. A veces cuesta pero no queremos que ninguna se quede atrás, hemos entendido con este proyecto que es mejor ser una colmena, todas juntas, ahora estamos pensando en crear una asociación para seguir trabajando juntas y apoyándonos también fuera del proyecto. Creo que somos una luz de esperanza para muchas mujeres”.