El proyecto “Mejorar la autonomía personal y económica de las mujeres sobrevivientes frente al impacto socioeconómico causado por el COVID-19, a través del fortalecimiento de los CAIMUS de Chimaltenango y Baja Verapaz (Rabinal)” financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID) continúa avanzando en Guatemala de la mano de nuestras dos contrapartes locales, la Asociación Generando Equidad, Liderazgo y Oportunidades (ASOGEN) y el Grupo Guatemalteco de Mujeres (GGM).
Durante el mes de diciembre se realizó en los dos Centros de Atención Integral a Mujeres Sobrevivientes de Violencia (CAIMUS) participantes en el proyecto en los departamentos de Chimaltenango y Baja Verapaz dos intercambios de experiencias a nivel intradepartamental. En los intercambios de experiencias se contó con la participación de 50 mujeres sobrevivientes de violencia que están participando en procesos de fortalecimiento de capacidades sobre derechos y potenciación de capacidades personales y colectivas y que posteriormente participarán en un proceso formativo en materia de educación financiera y gestión de microemprendimientos conducente a la creación y/o reactivación de iniciativas económicas propias junto con mujeres emprendedoras de los dos departamentos.
Estos dos intercambios de experiencias tuvieron un carácter motivacional y de modelaje a través de los cuáles las mujeres sobrevivientes que participan en el proyecto pudieron conocer experiencias de éxito de otras mujeres emprendedoras de los dos departamentos que han logrado tener acceso a una fuente económica de ingresos propias impactando positivamente en su economía. Así en los intercambios participaron 16 emprendedoras de los dos departamentos compartiendo sus experiencias y motivaciones. Entre las iniciativas económicas de las mujeres emprendedoras participantes destacaron: envasado de mermeladas y escabeches; comercialización de productos de higiene y limpieza; producción de harina y cereales; comercialización de carnes y productos cárnicos; panadería; elaboración y venta de bisutería; producción y venta de tejidos y bordados; organización y venta de productos para decoración de eventos. Previamente, desde el proyecto, se pudo visitar a algunas de las emprendedoras participantes en sus negocios para conocer más sobre sus iniciativas económicas, coordinar su intervención en la actividad y agradecer su participación.
A través de los intercambios estas mujeres emprendedoras compartieron los retos que enfrentaron así como sus motivaciones y los detalles sobre la puesta en marcha de sus negocios. En general coincidieron en que su principal motivación para emprender fue la supervivencia y poder generar sus propios ingresos para poder decidir y tener sus bienes. Todos los negocios presentados actualmente reportan más beneficios económicos que la subsistencia, lo que ha permitido a sus propietarias invertir en aumentar el tamaño y volumen de sus negocios así como obtener sus propios bienes y propiedades. Algunas de estas emprendedoras exitosas también han sido sobrevivientes de violencia y coincidieron en señalar que otra de las motivaciones para emprender fue la de tener sus propios recursos para salir de la violencia que sufrían, poder tener autonomía y construir una nueva vida.
Las mujeres sobrevivientes que participan en el proyecto y que crearán y/o reactivarán sus iniciativas económicas con el apoyo del mismo, pudieron durante los intercambios preguntar a las emprendedoras participantes detalles que les preocupan sobre las iniciativas económicas así como sus miedos y obstáculos. En general muchos de los obstáculos y dudas que formularon se correspondían con los que tuvieron en sus inicios las emprendedoras participantes y pudieron conocer de primera mano las herramientas que ellas usaron para resolverlos. Asimismo, durante estos intercambios se comenzaron a fraguar alianzas y muchas de las emprendedoras participantes se ofrecieron a replicar sus conocimientos en la elaboración de los productos que comercializan con las mujeres sobrevivientes señalando la intención de construir acuerdos comerciales con aquellas que puedan proporcionarles las materias primas que hace funcionar sus negocios.
Estos intercambios constituyen una de las actividades del proyecto y se enmarcan en la estrategia destinada a mejorar la autonomía personal y económica de las mujeres sobrevivientes de violencia a través de los CAIMUS. La motivación y el modelaje es uno de los elementos clave para mujeres sobrevivientes de violencia que están reconstruyendo sus vidas así como la generación de alianzas y redes de apoyo entre mujeres.
Una de las mujeres sobrevivientes participantes señalaba tras uno de los intercambios que: “ (…) me ha gustado estar en este intercambio hoy porque he podido ver con mis propios ojos que otras mujeres que son como yo, del mismo lugar, han conseguido tener su propio dinero, su trabajo y sus cosas propias. Poder ver esto y saber que también tuvieron dificultades y miedos como los míos me ayuda a creer y a fortalecerme para participar en el proyecto y tener fuerzas para también caminar hacia adelante y generar mi propio dinero para poder ser más libre y no depender de ningún hombre que me violente (…)”. Otra de las participantes señalaba que: “si tenemos nuestro propio dinero aunque sea poquito un pequeño negocio ya no tendremos que quedarnos en la casa porque no tengamos nada cuando el hombre nos violenta “.
Desde ASAD y desde las organizaciones contrapartes con las que ejecutamos este proyecto en Guatemala, seguimos considerando que la autonomía personal y económica constituye junto con otros aspectos, una de las estrategias clave para avanzar en el derecho a una vida libre de violencia para las mujeres del país. Tras estos primeros intercambios intradepartamentales, tendrá lugar un intercambio interdepartamental que reunirá a las mujeres sobrevivientes de los dos territorios que han puesto en marcha y/o reactivado una iniciativa económica propia con el apoyo del proyecto.