Cuando uno se dispone a escribir sobre su experiencia como voluntario en, este caso, el continente africano, los recuerdos se agolpan en la cabeza como fragmentos de película y su plasmación a través de las letras en un cuento antropológico.

Mi experiencia se desarrolló en la Radio Comunitaria Djan Djan en la isla de Bubaque, una de las más de 80 islas que conforman el archipiélago Bijagós, declarado como Reserva de la Bioesfera por la UNESCO. Dentro del proyecto de ASAD de Promoción de Iniciativas Emprendedoras y Sostenibles en la isla de Bubaque,  mis labores se centraron en la creación y desarrollo de un programa radiofónico que visualizase  los negocios de los nuevos emprendedores con enfoque en la igualdad de género y  favoreciese la promoción de prácticas de actividades comerciales respetuosas con el medio ambiente. Tuve una participación activa desde el inicio del proyecto acompañando a los animadores en las tareas de información por las aldeas así como en la selección de los negocios que optaban a financiamiento.

El proceso fue meticuloso para otorgar de una manera justa y de acuerdo a los principios del proyecto el financiamiento que permitiese un desarrollo económico en la isla a largo plazo.

Seleccionados los 37 beneficiarios, comencé el diseño del programa de radio junto al equipo de voluntarios de la radio comunitaria, lo que se convirtió en una experiencia inolvidable tanto a nivel profesional como personal. El trabajo diario y conjunto con las personas que altruistamente sacan los programas radiofónicos adelante me ha aportado grandes capacidades para el trabajo en equipo con recursos limitados, tanto formativos como técnicos sumados a la diferencia cultural. Todo ello ha enriquecido mi experiencia, de la que he aprendido y de la que me he asombrado, al valorar el enorme esfuerzo que los jóvenes de la isla hacen por labrarse un futuro mejor al margen de las cargas diarias que la situación en la que viven les obliga (trabajos domésticos, cuidados de familiares, trabajos en el campo…).

 

Paso a paso hemos ido sacando adelante el programa radiofónico mediante  sesiones formativas, debates y entrevistas, que permiten dar voz a las comunidades y una mayor comprensión de las posibilidades con las que los habitantes cuentan para llevar a cabo sus negocios. Por las noticias que me llegan desde allí, el programa continúa, lo que me produce una enorme alegría.

 

Durante los tres meses de mi voluntariado tuve siempre el apoyo del responsable en terreno de ASAD, Eduardo Solleiro, quien me hizo partícipe de actividades paralelas realizadas en el Centro Multimedia Comunitario financiado por la ONG como proyección de documentales el Día Internacional de la Mujer, asistencia a formaciones de los participantes del proyecto así como la organización de una exposición fotográfica con motivo del Festival de Música de Bubaque.

Esta experiencia me ha permitido conocer el trabajo de una ONG en el terreno y desterrar viejos mitos.

Destacaría la bondad de las personas de esta pequeña isla que día a día luchan por dar lo mejor de sí a la comunidad. Me llevo la felicidad de una comunidad que aquí es difícil de encontrar.