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El pasado 7 de febrero se llevó a cabo una reunión con el presidente de Guinea-Bissau y reciente Presidente de la CEDEAO, Umaro Sissoco Embaló y la representante de ASAD en el país.  

Durante la reunión, el líder del país mostró la importancia de invertir en la educación y salud de su población, y cómo las ONGs internacionales pueden colaborar para mejorar la accesibilidad a los diferentes servicios. Otro foco en el que hizo hincapié es la rehabilitación de carreteras e infraestructuras para fomentar el crecimiento económico.

El gobierno agradeció el trabajo de ASAD, con presencia de más de 15 años en el país con proyectos de justicia económica y acceso a servicios básicos, con enfoque en género. Para nosotras, es fundamental trabajar apoyando y reforzando las instituciones del país para contribuir en la mejora de las condiciones de las personas.

Actualmente, ASAD se encuentra llevando a cabo dos proyectos de cooperación internacional financiados por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID). El primero, “Fortalecimiento de la calidad de la enseñanza en el archipiélago Bijagós”, busca mejorar el acceso a una educación de calidad para las mujeres y hombres de la región Bolama-Bijagós. El segundo proyecto tiene como objetivo mejorar el desarrollo socioeconómico sostenible en 4 comunidades de la región de Bafatá, Guinea Bissau, a través del aumento de la producción agrícola comunitaria y el empoderamiento de grupos de mujeres campesinas. Ambos proyectos buscan reducir la pobreza de mujeres y hombres de manera sostenible y eficaz, contribuyendo al cumplimiento de los ODS 1, ODS 2, ODS 5 y ODS 6.

Al término de la reunión el equipo de ASAD reforzó el compromiso de seguir trabajando conjuntamente con las instituciones, en el marco de sus planes estratégicos y continuar impulsando proyectos de cooperación de desarrollo en Guinea-Bissau.


Las socias locales y ASAD realizaron la rehabilitación y construcción de diversos pozos de agua en Santa Helena, Xime, Sare Dabel y Lamoique. Dichos pozos beneficiarán a 1.538 personas, garantizándoles su derecho a agua potable. Cuentan con una profundidad de hasta 20 metros, para poder abastecer a las poblaciones durante todo el año y mitigar así los efectos de las fuertes sequías que están sufriendo. 

En este proyecto se contempla también el análisis de los sistemas de agua en estas comunidades, la formación por módulos en recursos hídricos y la creación de comités de agua con enfoque de género, involucrando a las autoridades locales. Estas actividades son fundamentales para garantizar la sostenibilidad del proyecto a largo plazo.

Desde ASAD tratamos de cooperar para solventar problemas desde la raíz de los mismos, como en este caso, donde el agua es un recurso indispensable para la vida de estas comunidades, para el bienestar humano y para el desarrollo socioeconómico.  Más aún si tenemos en cuenta que el calentamiento global todavía demanda de más esfuerzos en recursos hídricos, para evitar migraciones y conflictos.

Esta acción se ha llevado a cabo en el marco del proyecto “Mejora el desarrollo socioeconómico sostenible en cuatro comunidades de la región de Bafatá, mediante el aumento de la producción agrícola comunitaria y el empoderamiento de grupos de mujeres campesinas”  financiado por la AACID.

 


El proyecto “Mejorar la autonomía personal y económica de las mujeres sobrevivientes frente al impacto socioeconómico causado por el COVID-19, a través del fortalecimiento de los CAIMUS de Chimaltenango y Baja Verapaz (Rabinal)” financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID) continúa avanzando en Guatemala de la mano de nuestras dos contrapartes locales, la Asociación Generando Equidad, Liderazgo y Oportunidades (ASOGEN) y el Grupo Guatemalteco de Mujeres (GGM).

En el mes de mayo, culminó un proceso de formación en educación financiera, creación y gestión de microemprendimientos con enfoque de sostenibilidad económica y medioambiental en el que participaron 50 mujeres indígenas y mestizas sobrevivientes de violencia  que han sido atendidas en los CAIMUS de los dos territorios participantes en el proyecto, departamentos de Baja Verapaz y Chimaltenango. Estas mujeres sobrevivientes habían participado previamente en un primer proceso formativo en materia de derechos y potenciación de habilidades personales y colectivas al que siguió este segundo proceso de 10 talleres participativos centrados en la creación y gestión de iniciativas económicas.

Reconociendo que la autonomía económica es uno de los componentes más difíciles de alcanzar para las mujeres y, de manera diferenciada para las mujeres sobrevivientes de violencia, estas actividades conforman una de las estrategias del proyecto a través de la cual se busca que mujeres sobrevivientes de violencia mejoren su autonomía personal y económica y accedan a oportunidades y recursos económicos.

Tras estos procesos formativos, desde el proyecto se está apoyando con acompañamiento y asesoramiento técnico especializado para la elaboración de planes de negocio conducentes a la creación y/o reactivación 30 de iniciativas económicas propiedad de las mujeres sobrevivientes participantes en ambos territorios. Posteriormente, con los apoyos específicos definidos en los planes de negocio, desde el proyecto, las iniciativas económicas serán apoyadas a través de equipamientos básicos que refuercen y apoyen la creación y puesta en funcionamiento de las mismas y/o la reactivación de algunas de ellas que se vieron seriamente afectadas por la crisis causada por el COVID-19. 

Una vez que las iniciativas económicas propiedad de las mujeres estén creadas y reactivadas serán acompañadas y monitoreadas desde el proyecto para asegurar que incrementan los ingresos económicos de las mujeres participantes, así como la gestión y decisión de ellas sobre los recursos generados. Este acompañamiento, al igual que todo el realizado para la creación de planes de negocio, resulta fundamental y tiene un impacto importante en la vida de las mujeres participantes pues la construcción de redes de apoyo es algo clave también en los procesos de sanación en los que también están inmersas a través de la atención integral de los CAIMUS (Centros de Apoyo Integral para Mujeres Sobrevivientes de Violencia) a través de los cuáles se ejecuta este proyecto.

Algunas de las palabras que nos compartieron las mujeres participantes al culminar el segundo proceso formativo e iniciar con el acompañamiento para la creación de sus planes de negocios y que reflejan una parte del impacto del proyecto en sus vidas fueron las siguientes:

“He aprendido muchas cosas, pero lo más importante para mí, ha sido el acompañamiento, el apoyo y el cariño siempre que me han dado en este proyecto. Siempre me decían que yo sí que puedo y que sé muchas cosas, aunque no puedo leer y escribir bien, igualmente puede hacer las capacitaciones y ahora sé cómo llevar la contabilidad de mi iniciativa económica que no funcionaba bien, mi hija mayor me ayuda a escribir y me acompañó a todas las capacitaciones. Lo más importante es que ahora sé que sí que puedo y me anima tener el acompañamiento incondicional siempre”.

“Nadie cree en los sueños de las mujeres, hemos sufrido mucho, pero queremos salir adelante y tenemos muchas cualidades para hacerlo. Acá aprendí a calcular los costos, los precios a entender qué hacer mejor, pero sobre todo aprendí que sí hay personas como las del CAIMUS y de este proyecto que sí creen en nuestros sueños y vienen a trabajar acá con nosotras el tiempo que sea que necesitemos hasta que entendamos, acompañan siempre y nos sentimos muy bien con eso sobre todo cuando no tenemos apoyo en la familia como en mi caso”.

“Tener una iniciativa económica me va a ayudar sobre todo a no depender, a tener mis propios recursos y decidir en qué gastar también si un día quiero comprar unos aretes o algo personal para mí misma ahora sé que voy a poder hacerlo y voy a tener recursos para mí y para mis hijas… ya no voy a volver a aguantar violencia por no tener dinero, ahora sea mucho o poco al inicio, voy a ir creciendo y poco a poco con las compañeras que conocí acá y con el CAIMUS y este proyecto”.

Asimismo, según han indicado los equipos multidisciplinares de los dos CAIMUS participantes ha habido impactos positivos en la sanación y en la reconstrucción de los proyectos de vida de las mujeres participantes como señala una de las profesionales de la atención integral: “solamente el hecho de venir al grupo, trabajar juntas, aprender cosas útiles, estar con otras mujeres impacta positivamente en el proceso de atención psicológica que están siguiendo muchas de ellas. Además, la posibilidad de tener algo propio, como una iniciativa económica, de haber aprendido a gestionar y a apropiarse de los recursos incide positivamente en la autoestima y en la sensación de logro, se sienten más fuertes”.

Es importante mencionar que además de estas actividades, como ya se ha compartido en noticias anteriores, en los dos CAIMUS participantes, en el mes de octubre del año pasado y, a través del proyecto, se abrieron dos Unidades de Orientación en el Ámbito Socioeconómico a mujeres sobrevivientes de violencia. Estas dos Unidades (una en cada CAIMUS) hasta la fecha han asesorado a más de 400 mujeres sobrevivientes de violencia jóvenes y adultas de los dos departamentos a través de itinerarios personalizados de inserción socioeconómica mediante los cuales se trabaja con ellas para mejorar su acceso a empleo por cuenta ajena, incrementar sus capacidades y oportunidades de formación, brindarles orientación laboral y profesional. Asimismo, desde estas dos Unidades se han firmado acuerdos de colaboración con instituciones públicas (titulares de obligaciones) y titulares de responsabilidades para fortalecer las oportunidades de formación, capacitación y acceso a empleo de las mujeres sobrevivientes atendidas. Del mismo modo, ambas Unidades intermedian con empresas directamente para promover el acceso a oportunidades laborales para las mujeres.


El pasado jueves 28 de abril se realizó la sesión de lanzamiento del proyecto: “Mejora el desarrollo socioeconómico sostenible en cuatro comunidades de la región de Bafatá, mediante el aumento de la producción agrícola comunitaria y el empoderamiento de grupos de mujeres campesinas” aprobado por la AACID para el periodo 2022-2024.

Participaron en la sesión autoridades locales, líderes de las comunidades de Santa Helena, Xime, Sare Dabel y Lamoi,  representación de los grupos de mujeres beneficiarias, otras ONGs y diferentes medios de comunicación. Abrió el evento el delegado regional de agricultura de Bafatá, que hizo hincapié en la importancia del desarrollo de la agricultura para las familias y la necesidad urgente que tienen estas comunidades de acceder al agua potable. Las mujeres locales agradecieron el apoyo que va a suponer el proyecto para afrontar el futuro de sus comunidades.

Las socias locales junto con ASAD realizamos una presentación analizando la línea base de las comunidades y explicando los objetivos y resultados esperados en el proyecto, entre otros, la realización de huertas de 2 hectáreas por comunidad, construcción de pozos de agua, formación en técnicas de agroecología y alfabetización de 200 mujeres. Al finalizar el acto se realizó un coloquio debate donde los diferentes actores expusieron sus inquietudes y expectativas. 

Esta sesión da pie al comienzo del proyecto, a día de hoy ya se está trabajando en las comunidades,  en la preparación de huertas para su cultivo, adjudicación de obras para la realización de pozos, creación de comités de gestión y se han comenzado las clases de alfabetización.