El proyecto “Mejorar la autonomía personal y económica de las mujeres sobrevivientes frente al impacto socioeconómico causado por el COVID-19, a través del fortalecimiento de los CAIMUS de Chimaltenango y Baja Verapaz (Rabinal)” financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID) continúa avanzando en Guatemala de la mano de nuestras dos contrapartes locales, la Asociación Generando Equidad, Liderazgo y Oportunidades (ASOGEN) y el Grupo Guatemalteco de Mujeres (GGM).

Se ha comenzado a trabajar con 50 mujeres sobrevivientes de violencia que participarán en la generación de iniciativas económicas propias en los dos Centros de Atención Integral a Mujeres Sobrevivientes de Violencia (CAIMUS) participantes en el proyecto en los departamentos de Chimaltenango y Baja Verapaz. Así, durante los meses de octubre y noviembre de 2021 las mujeres sobrevivientes participaron activamente en un ciclo de 6 talleres sobre derechos y potenciación de habilidades personales y colectivas impartidos desde las Unidades de Orientación en el ámbito Socioeconómico creadas en cada CAMUS con el proyecto. A través de los cuáles reforzaron y adquirieron conocimientos sobre sus derechos y el ejercicio de los mismos adquiriendo conciencia personal y colectiva de las desigualdades que como mujeres, sobrevivientes e indígenas en muchos casos, enfrentan en el acceso a derechos básicos tales como los socioeconómicos. Asimismo, en estos espacios exploraron sobre sus capacidades y habilidades para la generación de ingresos propios estableciendo redes de apoyos entre las mujeres participantes adquiriendo conciencia sobre la importancia de la colectividad entre ellas para avanzar en el ejercicio de sus derechos visibilizando conjuntamente las vulneraciones a los mismos que cada día enfrentan.

Actualmente, como seguimiento a este ciclo de talleres, las mismas mujeres sobrevivientes siguen participando en una segunda parte de fortalecimiento de capacidades en materia de educación financiera y gestión de microemprendimientos con un enfoque de género e interseccionalidad y de sostenibilidad financiera y medioambientalPara este proceso se cuenta con un equipo de consultoras/es que ha construido metodologías y materiales mediados pedagógicamente en función de los perfiles de las mujeres sobrevivientes participantes para impulsar la adquisición de los conocimientos. Considerando las necesidades específicas de las participantes y que por ejemplo, algunas de ellas no pueden leer o escribir o su lengua no es el español, los materiales y las metodologías diseñados para los talleres comprenden estas diversidades y cuentan con apoyo para las traducciones simultáneas de las formaciones a las mujeres sobrevivientes que lo necesitan.

Al final de este proceso de 10 taller e inmediatamente después del mismo, las mujeres sobrevivientes participantes con asesoramiento técnico específico y con el apoyo de las Unidades de Orientación en el Ámbito Socioeconómico de los dos CAIMUS, diseñarán sus planes de negocio conducentes a la puesta en marcha de iniciativas económicas propias o a la reactivación de las que ya poseían que se han visto fuertemente impactadas por las consecuencias económicas derivadas del COVID-19 (que se suman a la realidad de desigualdad y retos que ya enfrentaba el país).

Estas actividades tienen como finalidad contribuir a mejorar la autonomía personal y económica de las mujeres sobrevivientes de violencia a través de los CAIMUS de Chimaltenango y Baja Verapaz. Es por ello que, en este proyecto, se trabaja a través de varios componentes de la autonomía con un enfoque de género e interseccionalidad abordando la generación de ingreso como algo fundamental para las mujeres sobrevivientes de violencia pero considerando que el control de los recursos y la propiedad de los mismos es fundamental para desencadenar procesos que contribuyan al empoderamiento. Se incide en reforzar capacidades de gestión, apropiación y toma de decisiones para que las iniciativas económicas que se generen o se revitalizan con el proyecto generen recursos y oportunidades para las propias mujeres sobrevivientes y que puedan tener la capacidad de tomar decisiones para obtener un impacto positivo en sus vidas a nivel de independencia y autonomía.

Considerando que la autoestima a menudo es uno de los aspectos deteriorados en las mujeres sobrevivientes de violencia, trabajar para potenciarla es transversal también todos los procesos realizados al mismo tiempo que ganar autonomía impacta positivamente en la misma y en la capacidad de logro

La colectividad, el compartir con otras mujeres sobrevivientes tejiendo alianzas y metas comunes es un aspecto también clave y se fomenta en todas las actividades de este proyecto, pues las mujeres sobrevivientes saben bien que el caminar colectivo al lado de otras, contribuye a que puedan salir del aislamiento y marginación que la violencia sufrida les causó al mismo tiempo que se hacen conscientes de que sus problemas no son “solo suyos” sino que los patrones de violencia y discriminación sistémica son comunes hacia las mujeres.