El proyecto “Mejorar la autonomía personal y económica de las mujeres sobrevivientes frente al impacto socioeconómico causado por el COVID-19, a través del fortalecimiento de los CAIMUS de Chimaltenango y Baja Verapaz (Rabinal)” financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID) continúa avanzando en Guatemala de la mano de nuestras dos contrapartes locales, la Asociación Generando Equidad, Liderazgo y Oportunidades (ASOGEN) y el Grupo Guatemalteco de Mujeres (GGM).
En el mes de mayo, culminó un proceso de formación en educación financiera, creación y gestión de microemprendimientos con enfoque de sostenibilidad económica y medioambiental en el que participaron 50 mujeres indígenas y mestizas sobrevivientes de violencia que han sido atendidas en los CAIMUS de los dos territorios participantes en el proyecto, departamentos de Baja Verapaz y Chimaltenango. Estas mujeres sobrevivientes habían participado previamente en un primer proceso formativo en materia de derechos y potenciación de habilidades personales y colectivas al que siguió este segundo proceso de 10 talleres participativos centrados en la creación y gestión de iniciativas económicas.
Reconociendo que la autonomía económica es uno de los componentes más difíciles de alcanzar para las mujeres y, de manera diferenciada para las mujeres sobrevivientes de violencia, estas actividades conforman una de las estrategias del proyecto a través de la cual se busca que mujeres sobrevivientes de violencia mejoren su autonomía personal y económica y accedan a oportunidades y recursos económicos.
Tras estos procesos formativos, desde el proyecto se está apoyando con acompañamiento y asesoramiento técnico especializado para la elaboración de planes de negocio conducentes a la creación y/o reactivación 30 de iniciativas económicas propiedad de las mujeres sobrevivientes participantes en ambos territorios. Posteriormente, con los apoyos específicos definidos en los planes de negocio, desde el proyecto, las iniciativas económicas serán apoyadas a través de equipamientos básicos que refuercen y apoyen la creación y puesta en funcionamiento de las mismas y/o la reactivación de algunas de ellas que se vieron seriamente afectadas por la crisis causada por el COVID-19.
Una vez que las iniciativas económicas propiedad de las mujeres estén creadas y reactivadas serán acompañadas y monitoreadas desde el proyecto para asegurar que incrementan los ingresos económicos de las mujeres participantes, así como la gestión y decisión de ellas sobre los recursos generados. Este acompañamiento, al igual que todo el realizado para la creación de planes de negocio, resulta fundamental y tiene un impacto importante en la vida de las mujeres participantes pues la construcción de redes de apoyo es algo clave también en los procesos de sanación en los que también están inmersas a través de la atención integral de los CAIMUS (Centros de Apoyo Integral para Mujeres Sobrevivientes de Violencia) a través de los cuáles se ejecuta este proyecto.
Algunas de las palabras que nos compartieron las mujeres participantes al culminar el segundo proceso formativo e iniciar con el acompañamiento para la creación de sus planes de negocios y que reflejan una parte del impacto del proyecto en sus vidas fueron las siguientes:
“He aprendido muchas cosas, pero lo más importante para mí, ha sido el acompañamiento, el apoyo y el cariño siempre que me han dado en este proyecto. Siempre me decían que yo sí que puedo y que sé muchas cosas, aunque no puedo leer y escribir bien, igualmente puede hacer las capacitaciones y ahora sé cómo llevar la contabilidad de mi iniciativa económica que no funcionaba bien, mi hija mayor me ayuda a escribir y me acompañó a todas las capacitaciones. Lo más importante es que ahora sé que sí que puedo y me anima tener el acompañamiento incondicional siempre”.
“Nadie cree en los sueños de las mujeres, hemos sufrido mucho, pero queremos salir adelante y tenemos muchas cualidades para hacerlo. Acá aprendí a calcular los costos, los precios a entender qué hacer mejor, pero sobre todo aprendí que sí hay personas como las del CAIMUS y de este proyecto que sí creen en nuestros sueños y vienen a trabajar acá con nosotras el tiempo que sea que necesitemos hasta que entendamos, acompañan siempre y nos sentimos muy bien con eso sobre todo cuando no tenemos apoyo en la familia como en mi caso”.
“Tener una iniciativa económica me va a ayudar sobre todo a no depender, a tener mis propios recursos y decidir en qué gastar también si un día quiero comprar unos aretes o algo personal para mí misma ahora sé que voy a poder hacerlo y voy a tener recursos para mí y para mis hijas… ya no voy a volver a aguantar violencia por no tener dinero, ahora sea mucho o poco al inicio, voy a ir creciendo y poco a poco con las compañeras que conocí acá y con el CAIMUS y este proyecto”.
Asimismo, según han indicado los equipos multidisciplinares de los dos CAIMUS participantes ha habido impactos positivos en la sanación y en la reconstrucción de los proyectos de vida de las mujeres participantes como señala una de las profesionales de la atención integral: “solamente el hecho de venir al grupo, trabajar juntas, aprender cosas útiles, estar con otras mujeres impacta positivamente en el proceso de atención psicológica que están siguiendo muchas de ellas. Además, la posibilidad de tener algo propio, como una iniciativa económica, de haber aprendido a gestionar y a apropiarse de los recursos incide positivamente en la autoestima y en la sensación de logro, se sienten más fuertes”.
Es importante mencionar que además de estas actividades, como ya se ha compartido en noticias anteriores, en los dos CAIMUS participantes, en el mes de octubre del año pasado y, a través del proyecto, se abrieron dos Unidades de Orientación en el Ámbito Socioeconómico a mujeres sobrevivientes de violencia. Estas dos Unidades (una en cada CAIMUS) hasta la fecha han asesorado a más de 400 mujeres sobrevivientes de violencia jóvenes y adultas de los dos departamentos a través de itinerarios personalizados de inserción socioeconómica mediante los cuales se trabaja con ellas para mejorar su acceso a empleo por cuenta ajena, incrementar sus capacidades y oportunidades de formación, brindarles orientación laboral y profesional. Asimismo, desde estas dos Unidades se han firmado acuerdos de colaboración con instituciones públicas (titulares de obligaciones) y titulares de responsabilidades para fortalecer las oportunidades de formación, capacitación y acceso a empleo de las mujeres sobrevivientes atendidas. Del mismo modo, ambas Unidades intermedian con empresas directamente para promover el acceso a oportunidades laborales para las mujeres.